Ante diversas consultas que hemos recibido respecto a nuestra opinión acerca del Informe del límite de la plataforma continental presentado por la Cancillería ante la ONU, queremos hacerle llegar estas líneas:
La presentación del informe era un deber ineludible del gobierno. Cuando hace unos meses me entrevisté con el embajador Ojea Quintana para reclamar por el tema, y me dijo que me quedara tranquilo que se iba a llegar a tiempo, le contesté textualmente: “SI no llegan a presentarlo, es traición a la patria y paredón en la Plaza de Mayo”. Es una buena noticia entonces habernos evitarnos esa hipotética circunstancia.
Del Informe no podemos opinar ni técnicamente ni jurídicamente,
sencillamente porque no se ha hecho público. Cuando se difunda lo analizaremos detalladamente y haremos conocer nuestra
opinión.
Desde ya que nos parece extraño que se hable de lo que “pesa” en kilos el informe. Más kilos de papel no significan necesariamente más peso de nuestros argumentos. Hay un refran criollo que desconfía de esto, al decir que donde hay mucho bulto hay poca leña.
Sabemos de los escasos recursos que el desmantelado Estado nacional ha utilizado para su realización y por ello nos queda una sana duda de la consistencia y solidez del trabajo.
También nos preguntamos las razones por las cuales este informe se mantiene de manera tan confidencial para los ciudadanos argentinos, cuando (como hemos denunciado oportunamente) se han utilizado barcos extranjeros para la recolección de los datos. Asimismo, como se señala en la crónica de los diarios, el financiamiento correspondió a un organismo multilateral (PNUD),
caso insólito para la delimitación de un límite internacional. A nosotros siempre nos preocupó tanto su “texto”, como su “contexto”. Porque el problema , no es solo trazar una raya en el mapa del Atlántico Sur y decir “esto es nuestro”; sino cómo hacer para que efectivamente se incorpore ese vasto territorio y sus enormes recursos al patrimonio nacional. Tenemos una “provincia” más, de millones de km2, pero este territorio marítimo está casi en su totalidad intrusado, por una potencia militar como el Reino Unido. El problema de fondo es como hacemos para sacar a los intrusos o como obligarlos a negociar otro status que desemboque en la negociación de la soberanía de esos territorios.
Este es el conflicto.! Se sabe que en pocos días más el Reino Unido presentará también sus 350 millas alrededor de Malvinas, Georgias y Sandwich; y no se sabe si lo hará también sobre la Antártida. Habrá dos presentaciones ante la oficina de la ONU, la de Argentina y la del Reino Unido. Es una instancia donde no resuelven conflictos de soberanía.
Pero además Inglaterra, que nunca se queda atrás, ya dio otro paso adelante, al proponer europeizar tanto el territorio de las islas Malvinas, como las bases militares que se encuentran en él. De esta forma en el conflicto por las islas ya no tendríamos como adversario al Reino Unido, sino a los veintisiete países que conforman esa unión. Y a los que se vayan agregando a ella.
Y nuestro gobierno no ha abierto la boca al respecto. Y menos aun se animó a plantear la cuestión en la reciente cumbre de presidentes americanos en Trinidad Tobago, donde solo se concentró en el bloqueo de EE.UU a la isla de Cuba. Pero no planteó el bloqueo que el Reino Unido mantiene para los argentinos respecto las islas Malvinas, adonde ni siquiera pueden viajar libremente los deudos de los caídos en ella, pese a pertenecer al continente americano. Por lo tanto, seguirá o se empeorará sustancialmente el status existente: el Reino Unido ocupando y explotando esos riquísimos territorios. Y la Argentina protestando con buenos modales, y mirando con la “ñata contra el vidrio”.
Es decir, que si seguimos con esta política exterior, los argentinos nos quedaríamos con unos mapas y los ingleses con los territorios y sus recursos.
Creemos que se debe y se puede cambiar ese indigno destino.
Así como cuando hace un tiempo empezamos a reclamar ¿Qué está pasando en el Atlántico Sur? y logramos que la Cancillería se pusiera las pilas, ahora tenemos que ir por más.
Por primera vez se ha publicado en los grandes medios de comunicación un mapa de la magnitud geográfica del conflicto. Ahora empieza a quedar claro que es la controversia más importante del planeta , tema que durante años se ocultó. Se rompió en parte el hermetismo. Hay que explicarle a los argentinos que el hermetismo se debe a que hay muchos intereses en juego, y que apesta el “olor a petróleo”. Tanto en los territorios usurpados por el reino Unido , como en los que otorga opacamente ENARSA en áreas no disputadas.
Por ello es que seguiremos bregando para que los argentinos conozcan la inmensa potencialidad de nuestra “Pampa Sumergida”, dado que no se ama, lo que no se conoce.
Este tema dará para nuevos informe Ulises que elaboraremos oportunamente.